Será que aún se puede conversar con los árboles?
Dicen antiguas leyendas que hablar con las plantas y sentir el coro de las piedras, no era algo extraño.
Más, los árboles sacuden sus ramas y seducen sus raíces
forman verdaderos poemas de selva
acarician con sutileza la palabra que se acerca y ellos huyen, sin dejar de ser árboles, de la mirada torva
y del sueño suicida de talar su diálogo.
También dicen que los poetas tiene una árbola, una mujer selvática, una encina con sus áridos sentidos y sus punzantes espinas
o la nuez del Brasil, antigua como el ritual del bosque y frágil como la deforestación del amor.
Se conversaba con sus hojas antes que el taxidermista buscara su lógica en el herbario seco.
Un poeta de nacionalidad desconocida se encontró abrazado a un enorme caucho, un tal Elian Luka,
atraído por el verde raro de la conversación de árboles
y tal vez derrotado por el desierto plástico de una Europa angustiada
Enamorado de morenas melenas y de oscuras charcas de la lluvia
y de la persistente embriaguez que produce el monólogo silvante del viento
se desnudo hasta convertirse en liana de las que estrangulan en una frase húmeda.
Será que ya no podemos conversar con los árboles ?
que nos indiquen su idioma simple, sus furor de animal con raíces, sus silencio musical y su
canción hecha de corteza sonora...
qué ha pasado que hace rato desconocemos
la fuerza de un pétalo?
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