quarta-feira, 14 de novembro de 2007

ESCRITOS DE UN GRANADINO COLOMBIANO A UN CARIBE VENEZOLANO

El poeta Rafael Alberti, nacido un 16 de dic. 1902 y muerto un 28 de octubre de 1999. El programa taller de Luna, de la Universidad Nacional le rinde homenaje, con una muestra de su poesía y algunos poemas dedicados a su nombre.
Este poema lo escribí hace poco, hace referencia a Albertì, su vida angustiada, sus guerras, su larga existencia, la esperanza de la làgrima y la risa liberadora, la desnudez como regreso a la inocencia y el amor como trasformación de la realidad. Si sabes de otros textos de poetas sobre Alberti me dices.
El grito apenas comienza sobre la tarde roja del puente. Una boca deforme lanza su angustia por la sangre y del río brotan peces deformes con cara de animal enfermo. Es un hombre que sale de la nada, con su cadena de alambres oxidados, frenético sale a dibujar un grito que saque todo sus ojos por encima de la mirada mía y la tuya. Nosotros solos como espectantes de un juego de muerte y ocio, nos encontramos desnudos envueltos en puro llanto. No sabemos nada, todo se arruina y sangra, es un río de penas y apenas el llanto sabe. Qué hacer? Dulce mía mirada, la tuya también se escapa, se endulza de otras penas y busca otras realidades. Hueco profundo,altar de un silencio que se alarga sobre el tiempo, ni sexo ni amargos jugos, ni hambre que esto nos calle, es un grito tan profundo que deliramos sobre un cielo de madera, es un puente carcomido que nos lleva hacia el destierro, una desierto esta por verse, una boca ni se cierra, la lágrima corroe la cadena y la cadena sigue ahí pintada, son las auroras ausentes, son las tristezas plenas, son las orgías de muerte, son las danzas con la oscuridad latente. Ahora, no sale un llanto, ni siquiera sale una voz lastimera, es un puro grito profundo, una herida desde adentro, algo nos esta matando, algo que nos hiere desde esa infancia dolida que nació en plena guerra.
Tan solo una guitarra, mezcla de amor y de suplica, con sus acordes despeja en algo esta tormenta. No de detiene nada, ruedan lágrimas rojas, sangra hasta el cuaderno, y se salpica de oro el piso como si del dinero saliera un coagulo de miedo y una gotera de tristeza. Nada más aparece la risa, gesto de furia y de amor, una risa que advierte que de otro lado también existe el otro lugar del puente, un lugar por donde los potros salen y la magia vuelve a comenzar sus ritos. Somos de hambre y de sed. Somos de grito y silencio, somos una cadena que el llanto comienza a derretir....que llueva, que cada gotera saque ese diamante que el metal no deja compartir, que cadena por cadena nos hace pensar en la vida como sufrir...
ese es el lugar...un viejo puente.. es posible que allí nos podamos volver a querer.., la risa se ha puesto de pie... es posible algún día que te encuentras con la desnudez? será posible que ese grito espante toda la estupidez.., un grito que ni el mismo Eduard Munch, no podría decir si es bostezo, lágrima o un carcajada honda, ciega, profunda, una risa desde el fondo contra la bomba y la destrucción la risa loca y ebria de nuestro salvaje interior, beso del inicio del mundo, gesto de un gran inventor... grito para un siempre comenzar... el grito orgiástico de un acto de amor. Enviado por Fernando Cuartas.

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